Arasi amb unes flors en un soterrament

Rompamos el tabú: hablemos de Suicidio

Cada vez son más los casos de suicidio a los que se da cobertura en los medios de comunicación. Pero aun así es mucho el silencio, a mi entender demasiado, que rodea este tema. El primer paso para prevenir es concienciar y para ello es necesario informar acerca de esta realidad como de cualquier otro problema de salud pública.

¿Por qué no existen aún campañas de prevención?

Existe el miedo a que difundir estas noticias pudiera crear un efecto llamada y provocar que más gente lo hiciera, pero cada vez son más los estudios y las campañas que se llevan a cabo en otros países que demuestran que esto no es así, si se hace de un modo profesional y sin frivolizar con ello. En este momento sabemos que la visibilización ayuda a crear mayor conciencia social sobre el problema y a tomar medidas para luchar contra ello.

El suicidio en España ha pasado a ser la primera causa de muerte violenta, por delante incluso de los accidentes de tráfico.

Las cifras de muerte por suicidio en nuestro país, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), son de 3.500 personas al año, un millón en el mundo. Es la segunda causa de muerte entre adolescentes, y aunque las mujeres lo intentan más, son los varones quienes más lo consuman.

¿Cómo detectar una ideación suicida?

La idea del suicidio es algo que le puede ocurrir a cualquiera, puesto que aunque sea drástica, supone una solución ante el sentimiento de desesperación. Por ello, se distingue entre las personas que lo pueden realizar como un acto espontáneo, que suelen ser la minoría, y las personas que llevan a cabo un plan, siendo éstas las más urgentes para ser atendidas.

Indicadores claros de riesgo:

  • Tener pensada una fecha de realización
  • Tener planeado el modo en que se hará
  • Haberlo intentado en alguna otra ocasión
  • Que la persona experimente una mejoría, a veces este hecho es también un síntoma que determina que la persona ha encontrado el alivio que anhelaba al planear su muerte.

Un falso mito es creer que quien amenaza con quitarse la vida no lo va a realizar, eso no es así, ya que en la mayoría de casos las personas que lo llevan a cabo lo habían anunciado de un modo u otro.

En los jóvenes hay que estar especialmente atentos dada su impulsividad, y la alarma a menudo tiene que ver más con la irritabilidad y una actitud confrontadora que con la tristeza.

Desencadenantes

El desencadenante en la mayoría de los casos, tanto adolescentes como adultos, son razones afectivas, adicciones o trastornos mentales como por ejemplo la depresión.

En muchas ocasiones, la persona que ha determinado acabar con su vida incluso llega a despedirse de su entorno de un modo sutil sin hacerlo abiertamente ya que sabe que va a provocar dolor entre sus seres queridos.

Entender el suicidio

¿Cómo entendemos desde la Terapia Gestalt lo que está ocurriendo emocionalmente?

Sobrevivimos gracias a la satisfacción de nuestras necesidades, desde las básicas hasta las afectivas. Pero a veces éstas se ven frustradas al no saber cómo llevarlas a cabo provocando un bloqueo.

Al no saber qué hacer ante la interrupción, la persona se siente incapaz, sin valía, siente vergüenza, culpa y una serie de emociones que le pueden empujar al aislamiento social. Síntomas de ello son la desgana por hacer cualquier actividad, el embotamiento emocional, la falta de concentración, todo cuesta de repente un gran esfuerzo y se descuidan.

La visión de futuro se estrecha sin poder contemplar alternativas y enfocando cada vez más una única salida; ponerse fin. A veces, puede ocurrir que al no saber cómo canalizar la energía que produce la rabia provocada por la frustración y sin poderla expresar de un modo efectivo contra el entorno, la dirigen hacia sí mismos causándose el mayor de los daños.

En muchos de los casos, la persona que decide suicidarse también acaba con la vida de algunas personas a las que quieren, sobre todo si son dependientes de ellas ya que creen que de este modo también le evitarán el sufrimiento.

Dado este mecanismo; nuestro trabajo como psicólogos/as consiste en localizar dónde se produce el bloqueo. Hay que trabajar en esa interrupción para que el paciente genere alternativas, debemos proporcionar vías para canalizar las emociones que generan. Brindarles ese espacio que quizás no encuentran donde poder expresar los pensamientos, sean cuales sean, para entender, nunca juzgar, su sufrimiento. Acompañarles en este proceso desde el respeto, la honestidad y la responsabilidad para que encuentren su propio apoyo psicológico a través del nuestro.

Después de un suicido

Cuando no se ha podido evitar un suicidio, el duelo por parte de los supervivientes suele ser mucho más difícil que una muerte por accidente, puesto que deja abiertas un montón de sensaciones de culpabilidad, de reproches, incomprensión, etc. Es por ello recomendable ponerse en manos de los profesionales si el dolor (consecuencia lógica por la pérdida de un ser querido) se acaba convirtiendo en sufrimiento.

Existen asociaciones como DSAS en Cataluña donde se ofrece apoyo a las personas que han sufrido una pérdida a través del suicidio y se dedican al proceso de soporte del duelo.

La poca información que se da acerca del suicidio, el trato “oscuro” que se le dio en un pasado desde la religión, y en definitiva el miedo que da cualquier tema relacionado con la muerte en nuestra cultura, contribuyen a menudo a que se silencien y no se pongan los medios necesarios para poder evitar este problema.

En Ara psicólogos Valencia somos conscientes de que este artículo no es suficiente para profundizar sobre el extenso tema del suicidio y sus consecuencias, pero deseamos que suponga al menos un pequeño avance para poder visibilizarlo.

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