¿Qué te pasa?

Tengo ansiedad

La ansiedad es un síntoma, uno de los principales del malestar psíquico. Provoca sensaciones desagradables y desazón, aunque debemos tener en cuenta, que a menudo su función es positiva puesto que nos ayuda a estar más alerta a la hora de hacer frente a estímulos que intuimos que nos amenazan. Cuando se convierte en un problema es cuando se presenta sin una razón aparente que la provoque o cuando su nivel y duración son excesivos.

Ante un examen será bueno experimentar ansiedad puesto que provocará que al estar más alerta agudice mi atención, pero si la siento en exceso puedo bloquearme, olvidar lo que he estudiado e incluso me puede hacer abandonar (huir) por sentirme sobrepasada ante la situación.

Tengo celos

Los celos son una emoción compleja en la que podemos experimentar diversidad de emociones como vergüenza, ira, miedo, desconfianza, humillación, miedo y que viene producida por la creencia de que la persona que queremos (no tiene que ser necesariamente nuestra pareja) ha dejado de amarnos. También podemos experimentar celos cuando sentimos que estamos perdiendo privilegios en una relación o que recibimos un trato injusto al compararnos con otros.

Fortalecer la autoestima, conseguir mayor seguridad y construir relaciones basadas en la confianza y la comunicación ayuda a afrontar y eliminar los celos.

Estoy sufriendo una crisis

La crisis es una situación ante la que los recursos que poseemos actualmente no son suficientes y no nos permiten resolverla ni alcanzar el estado deseado. Las respuestas comunes a estos problemas no nos sirven, produciendo sentimientos de frustración y dolor. Son momentos de inestabilidad en los que el entorno nos obliga a actuar sin que nos sintamos preparados.

Una crisis supone un cambio, y por tanto también es una circunstancia que nos permite realizar un crecimiento. Según el modo en que la afrontemos podremos atravesarla con mayor o menor padecimiento, y una vez superada vivirla como un éxito.

Existen muchos tipos diferentes de crisis: crisis vitales, crisis evolutivas, crisis circunstanciales, etc.; así como podemos sufrir una crisis en cualquier ámbito de nuestra vida: trabajo, familia, pareja, etc.

Me siento culpable

La culpa se produce cuando hacemos o no hacemos algo que tiene como consecuencia un daño o se vulnera una norma. Pero no es lo mismo ser culpable que sentirse culpable. Podemos hablar así de la culpa sana: aquella que nos impulsa a reparar y hacer algo constructivo con ella, y la neurótica, que origina una alteración de la situación y el sentimiento es vivido como algo asolador que nos frena y nos impide avanzar.

Puedo ser culpable por haber tomado una decisión que me ha ocasionado problemas, pero si no invierto mi energía en afrontarla no la solucionaré.

Tengo depresión

La persona deprimida no disfruta de la vida, y siente que le faltan fuerzas ante la misma. Está continuamente decaída, ya que por su estado esta actitud le parece más asequible que conseguir volver a animarse. Más que sentirse triste, se siente vacío, sin sentimientos.

Este estado, que se suele instalar para periodos largos, altera el apetito y el sueño, y produce cambios físicos, mostrando a una persona desmejorada y que se desenvuelve con pesadez en cualquier ámbito, pues disminuye su rendimiento, dejan de interesarle sus aficiones, prefiere el aislamiento a los eventos sociales, y parece incapaz de demostrar amor ni de sentirse amado.

Con el tiempo pierde toda alegría y empieza a preguntarse qué sentido tiene la vida.

Estoy en un proceso de duelo

A lo largo de nuestra vida las personas tenemos que hacer frente a múltiples pérdidas: fallecimientos, rupturas sentimentales, pérdida de estabilidad ó de bienes materiales como suele suceder cuando se pierde un trabajo, pérdidas simbólicas, ó las pérdidas vitales que marca el paso de los años según cambiamos de una a otra etapa de la vida. No todas las pérdidas son igual de significativas, pero toda pérdida conlleva un proceso de duelo para quien lo sufre. El dolor experimentado dependerá del tipo de vínculo que nos una a aquello que perdemos y a cómo esta pérdida afecte a cada ámbito de nuestra vida.

De un modo u otro, el duelo es una experiencia cargada de intensas emociones, que en ocasiones nos pueden desbordar y que pueden ser difíciles de sobrellevar, sobre todo en soledad. En estos momentos será especialmente beneficioso contar con al apoyo de familiares y amigos. Y puede resultar también necesario contar con apoyo profesional. Para aceptar la pérdida y poder manejar el dolor es necesario abrirse a las emociones que se experimentan, sin juzgarlas ni luchar contra ellas, y darles sentido, para ir poco a poco recolocándonos en la vida que continúa.

Siento inseguridad

La inseguridad consiste en no confiar en ser capaz de solucionar un problema, asumir un reto, ó superar una determinada situación, de modo que se demostrara la propia valía; ya que uno mismo duda de ella. Se presenta en nuestra vida acompañada del estrés, la preocupación, la irritabilidad, e influye en la percepción que se tiene del resto de áreas de la vida.

De este modo, cuando nos sentimos inseguros ante algo, en cierta forma nos boicoteamos, la salud se resiente, nos volvemos más torpes, tardamos más tiempo en llevar a cabo una misma tarea al no estar totalmente concentrados; y todo ello provoca que conseguir lo que deseamos nos resulte especialmente difícil, y nos conlleve mayor sufrimiento del que en realidad sería necesario.

Padezco Insomnio

Se entiende por Insomnio la incapacidad de poder dormir cuando se dan las condiciones adecuadas para ello, atribuyendo al sueño poca calidad, ligereza, superficialidad o la sensación de ser poco reparador.

No es una enfermedad, pero sí un síntoma al que hay que prestar especial atención puesto que siendo uno de los problemas médicos más frecuentes, (1 de cada 3 personas de media lo padecen), solo el 5% de los pacientes pide ayuda médica o psicológica.

Entendemos por Insomnio crónico cuando la dificultad en dormir persiste más de seis meses y a menudo las personas que acuden a nuestra consulta se encuentran ya en esta situación. A través de la revisión de hábitos y la terapia podremos encontrar el modo por el cual restablecer esta necesidad básica del organismo.

Siento ira

La ira es una emoción básica que todas las personas podemos experimentar ante situaciones en las que nos sentimos amenazados, cuando no conseguimos satisfacer una necesidad o alcanzar una meta o cuando nos sentimos tratados injustamente.

Tiene una función muy positiva, nos alerta, nos da información sobre aquella circunstancia que puede suponer un daño para nosotros y nos prepara para defendernos ante ella. No obstante supone un problema cuando se produce de forma descontrolada, cuando ocasiona un perjuicio a aquellas personas de nuestro entorno o cuando no somos capaces de expresarla.

Tengo miedo

El miedo aparece cuando a nivel psicológico detectamos una amenaza. Cuando esto ocurre, nuestro cuerpo activa el mecanismo de alarma, el corazón se acelera y hormonas como la adrenalina recorren todo nuestro organismo, lo que provoca que reaccionemos dando una respuesta como la de ataque, huida o bloqueo. A veces pasa que la amenaza es real y gracias a ello sobrevivimos, pero ¿qué ocurre cuando esa amenaza está solo en nuestra imaginación?

No es valiente aquel que no tiene miedo sino el que sabe conquistarlo.

Nelson Mandela

Tengo problemas con la familia

Utópicamente, toda familia debería ser capaz de atender las necesidades de todos sus miembros, sin dejar por ello de potenciar también su autonomía; sabiendo ajustarse a los acontecimientos que ocurran en el entorno familiar. Pero en la realidad, esta adaptación a los cambios que de forma natural se dan con el paso del tiempo, pocas veces se consigue llevar a cabo sin que alguno de los miembros de la familia resulte dañado.

Surgen las desavenencias, las diferencias de criterio, la sensación de no ser tenido en cuenta en la toma de decisiones, o al contrario, la creencia de estar cargando con más responsabilidad de la que a uno le corresponde. Y lo que nos gustaría que ocurriera por inercia, mantener intacto el afecto y la seguridad del seno familiar, requiere de constancia y un esfuerzo en que no siempre todos estarán dispuestos a invertir sus energías.

Tengo problemas de comunicación

Esta dificultad surge cuando no podemos expresar, compartir o decir aquello que pensamos, sentimos o queremos. Es habitual que en la relación con el entorno se produzcan dificultades a la hora de expresar las necesidades. La forma en que afrontemos esta situación puede ocasionar que nos sintamos incomprendidos, que nos comuniquemos usando un lenguaje no adecuado y que dañe a las personas que queremos, y que en definitiva nos distancie de nuestro objetivo inicial: comunicamos para acercarnos al otro y satisfacer nuestras necesidades.

Se pueden dar problemas de comunicación en todos los tipos de relaciones: pareja, entre padres e hijos/as, familia, trabajo, amigos, etc. Mejorando la calidad de nuestra comunicación mejoraremos la relación con las personas que nos rodean.

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