Los principios básicos de la Terapia Gestalt los podemos resumir brevemente en los siguientes:

Darnos cuenta de nuestro cuerpo y nuestras emociones, de cómo actuamos y nos relacionamos, de cómo pensamos y qué sentimos,… pues para aceptar o cambiar algún aspecto nuestro, necesitamos saber primero qué es eso que nos está impidiendo o dificultando. Sólo si nos damos cuenta de lo que está funcionando mal en, por ejemplo, nuestra relación familiar, podremos poner los medios necesarios para cambiarla.

Estimular la creatividad, en el sentido de crear nuevas formas de funcionamiento que se adapten mejor a nuestro entorno real actual. A veces, ante cierta situación, actuamos y pensamos siempre de la misma forma, pese a que nos vuelve a salir mal una y otra vez. Se trata, pues, de afrontar la situación de alguna manera diferente, de inventar y poner en marcha una nueva manera de relacionarnos con esa situación. La Terapia Gestalt sitúa cualquier experiencia en el entorno donde se produce. Esto es, yo no estoy enfadado, alegre o triste, independientemente de lo que ocurre a mi alrededor, sino precisamente debido a lo que ocurre a mi alrededor y a cómo estoy viviendo eso que ocurre. El cambio duradero se dará, por lo tanto, no sólo dentro de mi, sino en mi relación con mi entorno.

La Terapia Gestalt trata al ser humano como un todo, teniendo en cuenta sus dimensiones corporal, emocional, afectiva, conductual, social, mental y espiritual. Mi estado de ánimo, mi cuerpo, mis relaciones sociales, mis emociones y mis pensamientos, se afectan mutuamente y están íntima e inexorablemente relacionados, conformando una unidad.

Toda experiencia se produce en el presente. La Terapia Gestalt hace hincapié en qué está sucediendo aquí y ahora, en cómo estoy viviendo mi experiencia actual, pues sólo somos dueños de nuestro presente y sólo en él podemos actuar.

El terapeuta gestalt parte de la base de que el paciente está actuando de la mejor manera que sabe y que puede, y si está bloqueado, si se siente inseguro o avergonzado, miedoso o ansioso, es porque no sabe hacerlo de otra forma. La función del terapeuta gestalt es dar al paciente la confianza y el apoyo suficientes como para que éste descubra y dé el paso que necesita hacia su salud.

La Terapia Gestalt no está sólo destinada a personas enfermas o con graves alteraciones, sino que ofrece un camino para superar los pequeños baches por los que todos atravesamos, para resolver modos de vida problemáticos, para mejorar nuestras relaciones sociales o como vía de crecimiento y realización personal.

Actualmente, su aplicación está asentada en muy diferentes contextos, especialmente en la terapia individual, grupal, familiar, infantil y adolescente, consultoría organizacional y de empresa, servicios sociales y en todos aquellos ámbitos donde las relaciones humanas juegan un papel importante.

En Ara Valencia trabajamos con este enfoque terapéutico.